El medio ambiente cada vez está cobrando más importancia en un contexto en el que a la crisis ambiental que padecemos desde hace décadas se ha sumado la tremenda crisis económica y financiera, de la que, a día de hoy, muy pocos son los que, coherentemente, se atreven a predecir cuál será su devenir.
El día mundial del medio ambiente es un reconocimiento al papel que éste está empezando a alcanzar en el debate público gracias a la mejora del conocimiento de la relación que existe entre el propio desarrollo económico y el medio ambiente. No hay duda ya, de que estas relaciones entre ambos son y serán cada vez más importantes si nuestro objetivo es alcanzar, mejorar y consolidar mejores cotas de bienestar para todos los seres humanos del planeta.
Todos y todas tenemos que aprovechar la oportunidad que nos brinda esta celebración para recordar algunas de las conclusiones que la realidad nos muestra cada día, como consecuencia de la ignorancia histórica del ser humano en la explotación y degradación de recursos sobre la que hemos sustentado un desarrollo económico que empieza a tambalearse seriamente a nivel global.
Los datos que atestiguan este hecho son muy preocupantes y afecta a todos los niveles:
- Desaparición de especies naturales
- Modificaciones del ciclo del agua, agotándose temerosamente
- Pérdida de especies
- Crecimiento de consumo energético
- Modificación de la composición de la atmósfera
- Calentamiento global
- Aumento del nivel del mar
- Incremento constante de la huella ecológica
Todo ello sin haber sido capaces de mitigar las enormes consecuencias sociales de los desequilibrios de este sistema injusto y generador de desigualdad y pobreza.
Como podemos comprobar, ya no es posible disociar el desarrollo económico de los problemas ambientales, no es posible ignorar los pies de barro sobre los que hemos construido nuestra civilización y es necesario que pasemos a la acción bajo un nuevo modelo de crecimiento, bajo un nuevo paradigma de entendimiento de las relaciones sociales, ambientales y económicas. Tenemos que caminar hacia la asimilación del paradigma ambiental en contra del paradigma desarrollista que tanto nos ha aportado a algunos pero que tanto ha quitado a otros y que tanto nos quitará a todos en el futuro.
Este nuevo concepto de desarrollo es el que hemos venido a llamar, desarrollo sostenible.
El desarrollo sostenible es una nueva concepción fácil de entender pero muy difícil de aplicar. Fácil de entender porque reconoce que la velocidad de utilización de los recursos que consumamos deben ser suficiente para que la tierra sea capaz de generarlos, y que la cantidad de desechos que produzcamos sea tanta como la que la tierra es capaz de asimilar. Y que todo esto no sea solo para nosotros, sino que también hemos de incluir en la ecuación a aquellas personas que todavía no han nacido, es decir, las generaciones futuras. Ni que decir tiene que nuestro nuevo modelo de desarrollo ha de hacer compatible lo económico, social y ambiental. Es decir, que por muy económico y ambiental que parezca sector económico, tampoco nos servirá si deja fuera de los beneficiados a parte de la sociedad. Por lo tanto, hemos de encontrar la fórmula de generar beneficios para toda la comunidad y cortar de raíz esta sangría de empleos que el modelo de desarrollo que hemos tenido hasta hoy ha dejado tras de sí.
Ante esta situación, Los Verdes venimos analizando desde hace años, cuales son los principales desafíos con los que se encuentra nuestra provincia y cuales son las respuestas que desde las administraciones se debieran dar a los mismos.
Obviamente, en nuestra provincia el principal problema social al que nos enfrentamos es el paro. Históricamente, la lacra social más temida por todos los ciudadanos/as ha sido la pérdida de empleo o la dificultad para encontrar alguno y la cantidad de personas afectadas por esta situación es a día de hoy, de alarma social.
Quizás no es la primera vez con la que nos enfrentamos a tan altos niveles de desempleo pero sí que es la primera en que las perspectivas de futuro son tan oscuras. Y lo son porque el capital sobre el que hemos construido nuestro modelo provincial de desarrollo se desmorona a una velocidad que ni siquiera nosotros, que venimos advirtiendo de esto desde hace mucho, nos habríamos atrevido a predecir.
Como decíamos al principio, no es posible disociar el medio ambiente del desarrollo económico y social. En primer lugar, porque si nuestra economía depende de recursos que se agotan, nuestra economía se agotará. En segundo lugar, porque en un contexto de enorme competencia internacional, quizá el medio ambiente sea nuestro principal capital y en tercer lugar, porque si en algún lugar del mundo se produce o compra algo más barato que aquí, tarde o temprano se producirá o comprará allí y como estamos viendo, el fantasma de la deslocalización llegará.
Pero ¿Qué ha ocurrido o puede que ocurra en nuestra provincia? ¿En qué se ha basado nuestro crecimiento y por qué? ¿Podíamos seguir así?
Lo que ha ocurrido es bien sencillo, veamos algunos ejemplos:
La construcción residencial: campos de golf, segundas residencias en primera línea de playa, en la sierra, etc. Hoy no existen recursos para seguir financiando la compra de estos bienes pero, aunque los hubiera: ¿Cuánto agua íbamos a necesitar para tantos campos de golf? ¿Cuánta primera línea de litoral íbamos a destruir? ¿Cuántas casitas en la sierra para fines de semana? No hace falta mirar mucho para ver que este modelo tenía fecha de caducidad.
El sector naval y del automóvil. Siguen siendo grandes motores de la economía gaditana pero gracias a la fuerza de los trabajadores/as pero la realidad es que la competitividad de otros países con un nivel de derechos laborales mucho más precarios y miserables hará que tarde o temprano la crisis estalle de nuevo en el sector. Además ¿Cómo vamos a cambiar el modelo productivo si el gobierno sigue financiando la compra de coches? No parece muy lógica esta medida con la lucha contra el cambio climático.
Construcción de infraestructuras: Curiosamente, la carencia de éstas en la provincia ha sido una de las explicaciones más simplistas que hemos visto los grupos ecologistas en la provincia y por la que hemos tenido que sufrir grandes pérdidas medioambientales que se justificaban en esta carencia. No hay economista medianamente serio que no entienda que una vez superado los cuellos de botella ya no tiene sentido seguir construyendo infraestructuras más que para dar trabajo durante su construcción. Recordemos que la provincia de Cádiz es uno de los territorios con mayor número de autovías, puertos, y aeropuertos del mundo y seguimos igual.
El sector servicios y el turismo: claramente son los sectores que más oportunidades prestan a la provincia pero el turismo no es un gasto prioritario en tiempos de crisis y las mismas oportunidades de sol y playa están surgiendo como hongos a lo largo y ancho de todo el planeta. Y ahora ¿Qué turista va a pagar por tener un chalé en la cabeza cuando toma el sol, si existen por la mitad de precio playas paradisíacas por la mitad de precio?
En definitiva, con este botón de muestra solo hemos querido hacer ver que no es posible seguir por mucho tiempo con un modelo de crecimiento que ignora al medio ambiente y que se basa en “vaciar una botella” que tiene el fondo cada vez más cerca.
Para Los Verdes, a pesar del mucho tiempo perdido, todavía existen muchas oportunidades y fortalezas en nuestra provincia, la reconversión económica y ecológica del sistema productivo es necesario y posible y la orientación que ha de tomar nuestro sistema pasa por la generación en masa de empleos verdes, que como reconoce la propia ONU, es la gran oportunidad del siglo y su aplicación se expande a muchos campos:
- Fuentes renovables de energía
- Eficiencia energética, en particular en los edificios y en la construcción
- Transporte sostenible y no contaminante
- Industrias básicas y reciclado (molinos, paneles fotovoltaicos, etc)
- La agricultura ecológica
- Explotación de bosques y parques naturales, etc
Toda estas áreas son en principio nuevos yacimientos de empleo verde, decente y estable que situarían a la provincia de Cádiz, por sus enormes potencialidades, a la vanguardia de este nuevo cambio de desarrollo sostenible y justo que necesita el mundo y la sociedad ante los nuevos retos que se nos presenta en el S.XXI, Esperemos que todos los actores implicados estén a la altura.